domingo, 13 de mayo de 2018

Bosque de la Herrería en el Escorial.


Interior del Bosque de la Herrería
Partimos de una zona de aparcamiento junto al km 30,5 de la carretera M505, próximos a la Ermita de la Virgen de Gracia, con la intención de internarnos en el Bosque de La Herrería, conjunto arbóreo de castaños, robles, arces y fresnos que fue declarado Paisaje Pintoresco en 1961.

La incipiente primavera hace que los árboles comiencen a vestirse de hojas, anunciando una frondosidad a la que todavía le falta unas pocas semanas.

 
 
Nos encaminamos hacia la puerta de la Finca de El Castañar, lugar de acceso prohibido por tratarse de una propiedad particular y que bordearemos por la derecha, siguiendo su sólida tapia de piedra. El sendero, paralelo a la misma, atraviesa una zona poco humanizada en la que el bosque luce sus mejores galas: castaños, robles, fresnos, arces y grandes rocas desgastadas y cubiertas de líquenes y musgos.

 
 
 
De vez en cuando las piedras que componen el muro delimitador de la Finca intercalan una celosía que, de seguro, precisaría de llave, maña y fuerza para moverla.

Celosía metálica integrada en el muro de piedra.
 
Y así vamos recorriendo esta hermosa senda, tratando ocasionalmente de otear por encima de la pared que separa lo público de lo privado.

 
Finalmente entroncamos con una senda asfaltada, que tomaremos hacia la izquierda. Un gran bloque desencajado jalona uno de sus laterales.

 
Llegamos a la Fuente de la Reina, lugar donde da comienzo la llamada Senda Ecológica, que siguiéndola nos llevará hasta la Silla de Felipe II. A lo largo de la misma encontramos carteles descriptivos de las especies de fauna, flora y del entorno. La recorremos bajo una granizada densa y fina que nos obliga a abrir los paraguas (sí, los llevábamos en las mochilas porque íbamos advertidos).

 
Las hojas de los robles están más avanzadas que en la zona inferior, coexistiendo las recientes con las del año anterior.
 
 
 Observamos los grandes bloques de granito, colonizados por musgos y líquenes.


 
Y así, bajo el granizo que no cesa, pasamos junto a la Cueva del Oso, siguiendo luego la Fuente de los Dos Hermanos y un mirador a la izquierda en el que no nos detenemos porque ¿Qué veríamos desde dentro de la nube en la que nos encontramos?

Cueva del Oso
Continuamos caminando, la nube empieza a marcharse y el cielo a abrirse. Dejamos de lado el sendero de tierra que conduce a la Casa del Sordo y entroncamos con la calzada por la que los coches llegan hasta el área de la Silla de Felipe II, que alcanzamos enseguida.

Ascendemos a la Silla por unos escalones labrados en la roca que están entre dos grandes árboles, a la izquierda un roble, y a la derecha un arce de Montpellier, declarado árbol singular por la Comunidad de Madrid, y que está protegido por un cercado.

A la izquierda, un roble.
 
A la derecha, un arce de Montpellier.
Subimos al mirador con cuidado, porque los mojados peldaños están resbaladizos, desde donde se divisa con nitidez la Serrezuela de las Machotas porque se ha retirado la borrasca que, sin embargo, sigue ocultando el Monasterio y el Monte Abantos.

Serrezuela de las Machotas, desde la Silla de Felipe II
Descendemos de la Silla y tomamos el GR-10 dirección Norte, retornando hacia el punto donde hemos dejado el coche.

Iniciando el retorno por el GR 10
Al poco de comenzar nos detenemos para echar la vista atrás, hacia el hermoso arce de Montpellier, y seguidamente continuamos internándonos entre los árboles por una senda clara y zigzagueante.

Arce de Montpellier junto al bloque granítico de la Silla.
Las nubes en retirada, que poco antes lo cubrían todo, van ahora dejando paso a cielos cada vez más claros. La vegetación y las rocas rezuman humedad. Hay que andar con cuidado para evitar resbalones.

 
La belleza del bosque nos atrapa.

 
 
 
Casi al final de la bajada, desde una zona rocosa y despejada, vemos, ahora sí, el monasterio de San Lorenzo del Escorial.
 
Un poco más adelante alcanzamos de nuevo el coche, tras haber completado una bella circular por el Bosque de La Herrería, conjunto arbóreo de castaños, robles, arces y fresnos que fue declarado Paisaje Pintoresco en 1961. Todo ello a apenas 40km de Madrid.

4 comentarios:

  1. Hola Carmar.

    Paisaje pintoresco, precioso y variado en especies, a cada cual más especial, que conforman un bosque de ensueño, en el que perderse una y otra vez, mezclando nuevas localizaciones con otras ya conocidas, como la silla de Felipe II o la fuente de la Reina, a poco más de media hora en coche de la puerta de casa.

    Un saludo.

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    1. Las diferentes manifestaciones que ofrecen los bosques en las distintas épocas del año los hacen nuevos cada vez.
      No hace falta irse muy lejos para verlos.
      Gracias por el comentario y un saludo.

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  2. Estar em contato com um bosque tão variado de espécies é um prazer inenarrável! Ainda me lembro do frescor da primavera e o aroma delicioso que senti passeando por árvores da sua terra em plena estação tão frondosa e florida... inesquecível viagem!...
    Bonita rota compartilhada, carmar, uma paisagem fenomenal com tanta vida ao redor e uma certa dose de história que não pode faltar nestas descobertas e incursões pela natureza... um encanto!
    Um beijo

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    1. Si mantenemos nuestra la capacidad de asombrarnos por lo que naturaleza nos ofrece a cada paso, para mí es señal de que estamos vivos y viviéndola.

      Me agrada poder compartir estas vivencias con quien las percibe de similar manera.

      Un abrazo.

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