domingo, 19 de marzo de 2017

Circuito por la Norte de las Cabezas de Hierro. En las postrimerías de un seco invierno.


Cabeza de Hierro Mayor. Cara Norte
Rodear por su base la cima de la Cabeza de Hierro Mayor recorriendo el bosque de las Cerradillas, ascender al pico por el Nordeste, confluyendo con la Cuerda Larga en el Collado de Peña Vaqueros, y descender por el corredor Noroeste, desde el collado entre las dos Cabezas, constituye un circuito muy montañero y poco convencional que permite saborear en toda su plenitud la llamada de la montaña invernal, allí donde los crampones o las cuchillas de los esquíes apenas dejan huella sobre la blanca superficie en la que, durante el invierno, se transforman las altas y solitarias campas del Empalotado y Valhondillo.

Pocas horas de sol a lo largo del día, temperaturas habitualmente bajo cero y viento casi permanente, hacen que la vertiente de las Cabezas de Hierro sobre el circo de las Cerradillas sea “una norte” de las de verdad. Un lugar con “seguro” de nieve mientras que en el resto de vertientes de Guadarrama se encuentra en franca retirada.

El itinerario circular que nos fijamos para el día de hoy es el siguiente: Parking de Cotos (1.830m) – Refugio del Pingarrón (1.836m) – Arroyo de las Cerradillas (1.700m) – Base del Tubo Norte de Cabezas (1.850m) – Loma del Empalotado (2.050m) – Collado de Peña Vaqueros (2.222m) – Cabeza de Hierro Mayor (2.381m) – Collado de Cabezas (2.328m) – Canchal Noroeste – Circo de las Cerradillas (1.800m) – Parking de Cotos. En conjunto resulta un recorrido de 13km de longitud, con un desnivel acumulado en ascenso de 800m de D+.

Está amaneciendo cuando, desde el aparcamiento de Cotos, iniciamos la marcha hacia el refugio del Pingarrón. Comienza el tramo de porteo de los esquíes, que la escasez de nieve obligará a llevar a cuestas hasta el entronque con el Arroyo de las Cerradillas.

 
Las laderas norte por las que más adelante deambularemos permanecen a la espera del sol que aún tardará en alcanzarlas. El tiempo se augura sereno. Los paisajes se van iluminando conforme la mañana avanza.

 
Tras dejar a un lado el refugio del Pingarrón descendemos hasta el Arroyo de las Guarramillas. A partir del puente de madera que lo cruza la traza en la nieve está muy  dura a consecuencia de las múltiples pisadas. Si bien todavía no es el momento de ponerse los esquíes, sí lo es para los crampones. Claramente es un itinerario mucho más frecuentado por los montañeros escaladores que por los esquiadores de montaña. De hecho, soy el único que lleva esquíes en el día de hoy, aunque de momento vayan en la mochila.

 
En un recodo del camino, donde éste gira claramente hacia el Oeste para adentrarse en el agreste rincón de las Cerradillas, las principales montañas que delimitan el Circo se muestran en toda su dimensión.

Cerro de Valdemartín
A partir de este mirador el sendero desciende suavemente en dirección al Circo de las Cerradillas. En un punto determinado de la senda hay un poste indicador con varios letreros de madera: las marcas blancas y amarillas guían hacia las Cabezas de Hierro; las balizas azules, hacia Rascafría. Tomamos estas últimas porque son las que nos llevan hacia el cruce del Arroyo de las Cerradillas. A la vuelta vendremos por las blancas y amarillas, que son las que comunican con la cabecera del Circo.

Tras cruzar el arroyo por un cómodo puente de madera la continuidad de la nieve permite que, por fin, me pueda calzar los esquíes. Nos internamos de nuevo en el bosque trazando una diagonal que nos llevará al pie del tubo Norte de Cabezas.

El tiempo continua luminoso, la pendiente se hace bastante pronunciada y la nieve está muy dura. Bien para crampones y bien para cuchillas. Frente a nosotros, aun en la lejanía, tenemos la loma del Empalotado, pero antes hemos de cruzar por su base el tubo Norte.

 
 
 
Nos detenemos unos instantes en la confluencia con el tubo Norte de Cabezas, que aún se encuentra mayoritariamente a la sombra.

Tubo Norte de Cabezas, desde su base.
Algunos, a la altura de donde estamos nosotros, se disponen a iniciar la subida por él. Cuatrocientos metros de desnivel por delante.

 
Dejamos atrás el tubo y nos dirigimos hacia la loma del Empalotado internándonos en el tramo más infrecuente del circuito de hoy. Son pocos los que optan por recorrer estos parajes.

Atrás quedan el tubo y sus sombras.
Transitamos entre pinos cada vez más solitarios y ralos, por pendiente sostenida y sobre nieve dura. Avanzamos imbuidos de la gran serenidad que transmite el ambiente luminoso y espectacular por el que vamos.

 
Sobre la loma del Empalotado. Al fondo, el Macizo de Peñalara
Alcanzamos el amplio plateau que antecede al Collado de Peña Vaqueros, en la Cuerda Larga; la pendiente aquí disminuye notablemente y la cumbre de la Cabeza de Hierro Mayor se presenta ya cercana.

 
 
La  mirada hacia atrás permite ver el Macizo de Peñalara
Llegamos a la cima de la Cabeza Mayor (2.381m) y, protegidos del viento, tomamos algo de alimento antes de iniciar el descenso. La nieve ya se está transformando, presentando excelentes condiciones tanto para bajar con crampones como esquiando.
Desde la cima de la Cabeza Mayor; el siguiente pico es la Cabeza Menor
Descendemos al cercano collado entre ambas Cabezas y continuamos bordeando la Cabeza de Hierro Menor hasta encarar el empinado Canchal de la cara NW de la Cabeza Menor.  

Collado de Cabezas y Cabeza de Hierro Menor (a la dcha)
Los esquíes encadenan los giros que ojalá durasen más y más, mientras que los crampones trazan un línea recta y descendente hacia el fondo del Circo de las Cerradillas. “Lo bueno si breve dos veces bueno”, dijo D. Baltasar (Gracián), pero se nos hacen “brevísimos” los apenas 600m de bello descenso.

 
Hacemos una corta parada para despojarnos de los crampones y de los esquíes (ambos vuelven a las mochilas, y con ello a ser transportados a cuestas), así como para fijar en las retinas el entorno en el que nos encontramos.

 
Seguidamente abandonamos el terreno abierto y nos internamos de nuevo en el bosque siguiendo las marcas blancas y amarillas, que nos llevan a vadear consecutivamente hasta cuatro caudalosos arroyos.

 
Volvemos a transitar por un tramo de bosque agradable y de altos ejemplares.

 
Aprovechamos cualquier ventana en la vegetación para echar miradas evocadoras a las laderas por las que nos hemos esforzado durante el ascenso.

 
 
Cerramos el círculo en el poste indicador con carteles que hay a pocos metros del mirador desde donde esta mañana vimos cómo las primeras luces iluminaban la montaña.  Los crocus ponen su nota de color en la zona no cubierta por la nieve.

 
Llegados al bravo Arroyo de las Guarramillas lo atravesamos por el amplio puente de madera.

 
Las nubes en el cielo anuncian un cambio de tiempo inminente que, con suerte, puede que traiga algo de nieve, y que ello permita hacer durar un poco más la que todavía queda en las caras Norte de la Sierra de Guadarrama, a la que las borrascas le han sido tan esquivas este invierno.
 
 
Circular invernal por la cara Norte de las Cabezas de Hierro
 

8 comentarios:

  1. Muy guapa excursión, si señor! Y con paseo por el bosque incluido.
    El otro día hice una variante más corta, pero con los 400 metros de desnivel que indicas del tubo Norte incluidos, que tampoco son poca cosa si no se tiene entrenamiento ;-) No me atreví a subir por los tubos entre los "pulmones" de Cabezas...
    Seguro que vosotros estuvisteis más tranquilos por esos bonitos parajes de la loma del Empalotado. Esa zona parece que no le gusta a los esquiadores, pero en la zona de Valdemartín sí que había gente subiendo y bajando, disfrutando del esquí.
    Ya tienes alguna salida por el Pirineo?
    Salud y mucha montaña!

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    1. Me alegro de que anduvieses por ese bonito tubo en las espléndidas condiciones que estaba, tanto para subirlo con crampones como para bajarlo esquiando.
      Anduvimos nosotros por zonas infrecuentes, por lo tanto tranquilas, que eso de las multitudes subiendo y bajando, por más que con esquíes lo hagan, procuramos evitarlo. La sensación de placidez que producen esas esquiadas solitarias por terreno sin hollar hay que ir a buscarla allá donde esté.
      Por el Pirineo siempre suelo tener varias salidas "in mente". Por el pre-Pirineo alguna tengo hecha que todavía he de componer y publicar en breve. Hasta entonces, saboreemos esta.
      Salud y Montaña, Francisco.

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  2. Es enriquecedor el sentimiento que expones durante esas rutas tan bien trazadas por las teclas del ordenador, ordenado por tu experiencia de montaña.
    Buena subida con la casa a cuestas para explotar de júbilo en la bajada, breve pero intensa, muy intensa (me la imagino). Tal como lo cuentas, nada tiene que ver el esfuerzo de las subidas, incluidas las vistas que te pegas, con mi pasado infantil tirando del maldito tele-arrastre para deslizarme por la pendiente a toda leche en Candanchú en tiempos del colegio. Vamos, nada de nada. Un buen ejemplo de caminante embelesado de naturaleza, sí señor.

    Un abrazo.

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    1. Sentimientos y sensaciones que me producen las montañas, donde tantos y tantos momentos llevo vividos y que, afortunadamente, todavía atiendo a su llamada. Trato sin más de plasmarlo en palabras. Es reconfortante poderlo compartir.
      ¡Llevar la casa a cuestas no veas lo que cuesta!
      Gracias por tu amable comentario. Salud y Montaña, Javier

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  3. ...Pues te tienes que estar frotando las manos y los esquís con la que ha caído este mediodía y tarde...
    Ya iremos haciendo tiempo para las luces de abril
    Salud, Libertad y Monte, meu

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    1. Relamiéndome estoy, que la nieve de marzo llena el capazo.
      Con las luces de abril haremos lo que sea menester.
      Salud y Montaña, dilecto.

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  4. Hola Carmar.

    Bonito contraste de colores, que nos ofrece la sierra de Guadarrama, en un precioso recorrido en el que como es habitual, no puede faltar un largo tramo de bosque.

    Quien nos iba a decir a estas alturas, que en un invierno tan suave, al final ibas a disfrutar a estas alturas del blanco manto de nieve, que para fortuna, aguantará unas cuantas semanas más, con estas inesperadas nevadas primaverales.

    Salud y Montaña!

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    1. No sería completa una salida sin el acicate del bosque.

      Nunca es tarde si la dicha es buena, y buena es la cantidad de nieve que está cayendo casi fuera de tiempo, pero bienvenida sea. Esquiar por montaña en primavera es una satisfacción.

      Salud y Montaña, Eduardo.

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