miércoles, 17 de junio de 2015

Hoyo de Manzanares y Sierra del Estepar. Elevado mirador de vecinas sierras más altivas.

Sierra del Estepar
Granito, encinas, jaras y otros arbustos aromáticos conforman y pueblan ésta sierra, en cuya falda se asienta la población de Hoyo de Manzanares, a resguardo de los vientos y el frío que con frecuencia se enseñorean de la de Guadarrama.

A las 9:30h comienzo la carrera en un día revuelto que pronostica lluvia sobre la próxima Cuerda Larga y que mantiene nubes y claros en la pre-sierra de Hoyo de Manzanares.

Recorrido circular que inicio en la Berzosa y que me llevará a bordear por la base el cordal que,en sentido Este – Noroeste, une el Pico del Estepar (el de mayor altura de la sierra de Hoyo de Manzanares y más próximo a ésta población) con el Cerro Hastial (el más occidental y que da vista a Colmenar), ascendiendo al extremo Oeste de la cuerda por el barranco del Endrinal y recorriéndola posteriormente en sentido inverso y por lo alto, cerrando el circuito descendiendo por las empinadas torrenteras que, por el Suroeste, suponen la comunicación directa del Pico del Estepar con la Berzosa.  
 
Circuito de algo más de 16km de longitud salvando un desnivel total en ascenso de 800m de D+.

Ejemplares aislados jalonan un recorrido mayormente solitario, bajo un cielo que da cabida a nubes y claros mientras la amenaza de tormenta se mantiene en la vecina sierra, más alta y más expuesta.



Ocasionales fogonazos de color y solitarios individuos afanándose de flor en flor, ponen notas de vida y luminosidad en un ambiente que apunta hacia el verano.




La avena loca y las jaras, más altas que las personas, acogen y envuelven a quien entre ellas se lanza siguiendo la trocha.

Avanzo apartándolas con los antebrazos (la avena) o pegando los codos al cuerpo (bajo las jaras), saliendo al terreno despejado entre cima y cima atento a no tener una torcedura, que los guijarros abundan y la arena granítica es de lo más deslizante.


Encaramado en la Peña del Diablo (1.353m), situada a la mitad del cordal y la única que requiere algunos pasos de trepada, observo en la distancia los picos que jalonan esta sierra de Oeste a Sureste, sobresaliendo unas decenas de metros del cordal que se recorre a la carrera: Canto Hastial (1.370m), primero al que he ascendido hoy, Peña Covacha (1.349m), la Peña del Diablo, donde estoy,para terminar en el Estepar (1.403m).

Desde la Peña del Diablo, al fondo el Cerro Hastial
Desde la Peña del Diablo, al fondo y a la izq. el Pico del Estepar
Peña del Diablo
Formación característica al pie de la Peña del Diablo
Excelentes vistas las que voy teniendo mientras troto de cerro a peña y de peña a pico, grupos de rocas elevadas sobre granito fiable que permite acceder a todos ellos, cada cual ofreciendo un panorama diferente.

Vista de la Sierra del Dragón (Siete Picos)
Vista de la Pedriza
Dejando atrás el Estepar, 

Pico del Estepar
Paso de largo la trocha hacia el Picazo, lanzo una mirada al último solitario de la jornada y continúo el rápido descenso que me retornará al coche y a la urbe.


Hermosa Cuenca Alta del Manzanares, antesala del Parque Regional, que ofrece un escenario ideal para soltar las piernas, la oxigenación de los pulmones y la paz del espíritu de todos aquellos que encontramos en la naturaleza lo que nuestras raíces andan permanentemente buscando.

4 comentarios:

  1. Y si encontramos un hueco, entre tanto asunto, hacemos sitio para regresar por esa zona ya que al pie de la Peña hay una formación curiosa que tiene su réplica en una ciudad costera, al noroeste...De eso estoy seguro. Pura escultura y atlántica.
    [Y nos veremos con calma. Ya prepararemos el tiempo para esos espacios]
    Un abrazo, estimado d:´
    Salud, Libertad y Monte...por si acaso.

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    1. Así lo haremos, pero al tanto que, preparando, preparando, la primavera se nos está acabando. Salud y Montaña, amigo.

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  2. Cuantas y cuantas horas tuve la fortuna de disfrutar desde la garita de guardia en el cuartel de Ingenieros de Hoyo de Manzanares. Seguramente, todos los horizontes que muestras en tus fotos, los disfruté en mis pausadas guardias desde garitas privilegiadas. Por la noche con los conejos y el mochuelo y por el día con todo tipo de aves que abundaban en la sierra.
    La mili se me hizo mas llevadera gracias a este entorno natural tan espectacular.

    Saludos

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  3. Es afortunado quien tiene sierras y bosques a su alcance; en cualquier época o circunstancia se puede uno encantar con la naturaleza. Mira por dónde, anduviste tú, antes, por donde yo me muevo ahora. Saludos, Javier.

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