martes, 10 de marzo de 2015

Circunvalación del macizo de Peñalara con esquíes.

La vertiente Sur del macizo de Peñalara
La nieve en retirada hacia las cotas elevadas “nos saca del bosque” y nos lleva a Manuel y a mí a  buscar itinerarios de altura. Ya no es posible recorrer esquiando desde su base los pinares de Valsaín y, salvo que se esté dispuesto a transportar las tablas a cuestas durante un rato, hay que iniciar la marcha en torno a los 1.700m.

Circunvalar el macizo de Peñalara con esquíes, transitando por sus cuatro vertientes, con  la ascensión al pico de Peñalara incluida, constituye un circuito muy montañero que permite saborear unas buenas esquiadas tanto en la vertiente Norte como en la Sur.

El itinerario que nos fijamos para el día de hoy es el siguiente: Pradera de Cotos (1.745m) – Collado de los Neveros (2.095m) – Chozo de Arangüez (1.889m) – Pico de Peñalara (2.428m) – collado de Dos Hermanas (2.250m) – Pradera de Cotos. En conjunto resultará un recorrido de 14km, con un desnivel acumulado de 1.000m de D+.

Hace un día radiante y luminoso, sin apenas viento, cuando iniciamos la marcha en la pradera de Cotos para internarnos en el bosque, en sentido hacia el Noreste. Nos vamos deslizando entre los pinos de altura sobre una nieve en muy buenas condiciones. A medida que ascendemos, a nuestra espalda, se da vista a la vertiente Norte del conjunto de las Cabezas de Hierro.

Las Cabezas de Hierro y su tubo Norte
A propio intento trazamos la marcha unos metros por debajo del marcado sendero que recorre la vertiente Sur de Peñalara y que también se dirige al collado de los Neveros pasando por las diversas lagunas que se encuentran en el camino. Preferimos ir abriendo huella.

Salimos a terreno descubierto y continuamos hacia el collado.


Unos doscientos metros por debajo tenemos la Hoya de Pepe Hernando, hermoso y pacífico enclave que hoy tan sólo contemplaremos desde arriba. La excelente calidad de la nieve hace que nos pase por la cabeza la idea de hacer un descenso exprés hasta la Hoya, pero calculamos que ello nos retrasaría demasiado en la realización del circuito que llevamos “in mente”; así que renunciamos en aras de la esquiada en la cara Norte de Peñalara.

Hoya de Pepe Hernando
Pasamos sucesivamente sobre y junto a las diversas lagunas que jalonan el itinerario, heladas y bellas al mismo tiempo.

Laguna helada
Los farallones de Pájaros y Claveles muestran los distintos corredores nevados que los surcan. Varios grupos de personas ascienden por ellos mientras otros ya están sobre la cresta y se disponen a recorrerla. El ambiente de alta montaña invernal es completo.


Junto a la laguna de los Pájaros, con el collado de los Neveros al alcance, decidimos no llegar hasta él, y en su lugar ascender directamente hasta la base de la cresta, donde la roca sobresale de la nieve y se empina de veras, para tomar la cara Norte en el punto de máxima altura y aprovechar así el mayor número de metros posibles de descenso hasta el Chozo de Arangüez.

Laguna de los Pájaros. Al fondo, la Cuerda Larga con las dos cimas de Cabezas de Hierro, en el centro, y Valdemartín, a la drch.
Cambiar de vertiente y variar el estado de la nieve es todo uno. Dejamos atrás la calidad primavera del Sur y nos colocamos sobre la dura y helada del Norte.

Preparando el descenso por la Norte de Peñalara
Estamos en la cota 2.200m, por delante 300m de pala amplia y pendiente con el Chozo como punto de llegada. Realizamos un ladeo bajo la cresta, perdiendo la mínima altura posible, con el doble propósito tanto de comprobar el estado real de la nieve, como de colocarnos en la vertical del Chozo, y damos comienzo a la primera bajada de la jornada por una superficie helada, pero que se deja esquiar.

Norte de Peñalara
Las piernas son exigidas, el “raaaas” de los cantos acompaña cada giro, tras el que se forman pequeñas nubecillas de hielo, saboreamos cada viraje mientras nos aproximamos al punto de reunión. 

El Chozo de Arangüez, al pie de la Cara Norte de Peñalara, es uno de los sitios con encanto de Valsaín.

Lugar de recuperación de energías y atalaya privilegiada del entorno.Tomamos unas barritas energéticas, unos higos y bebida isotónica mientras disfrutamos del momento presente: sol luciendo, ausencia de viento, plácido lugar, refugio cuidado, ideal en suma.

Ponemos de nuevo las pieles; el brillo de la ladera que tenemos por delante nos aconseja montar también las cuchillas, e iniciamos la marcha.

¡Ánimo y hacia arriba, que la cima de Peñalara está esperando!
Tras unos primeros metros de pendiente moderada la cuesta se empina de veras. Durante los siguientes 300 metros de desnivel la inclinación se mantiene en el entorno de los 40º y las cuchillas resultan imprescindibles. Vale más no pensar que el equilibrio sobre esta helada superficie tan sólo depende de un pequeño tramo de afilados dientes de aluminio alternativamente clavados sobre la misma y concentrarse en mantener un ritmo “equilibrado”. Resulta una subida rompedora hasta acceder al hombro que desciende de Peñalara en el cual la pendiente y la exposición se suavizan notablemente.

Por estrictas razones de equilibrio y espíritu de conservación, no aportamos fotos de este tramo ;) ;)

Loma arriba, hacia la cima, somos conscientes de que debemos renovar el equipo de esquí y pasarnos a un material más ligero que lo englobe todo: botas, tablas, fijaciones e incluso los crampones que forman parte del fondo de mochila en invierno. Sólo de pensar en el peso que arrastramos con cada pierna dan ganas de pararse para tomar un extra de energía.

Desde la cima de Peñalara, la estación de esquí de Valdesquí, 
 y el Pico de Claveles.
Seguidamente iniciamos el esperado descenso. Sólo queda elegir bien la canal por la que bajaremos.

Las cornisas de las primeras nos hacen dejarlas de lado y buscar otra menos arriesgada.

Desestimamos las primeras canales
Seguidamente damos con una bajada franca, con continuidad, por nieve en buenas condiciones, 



Que finalmente entronca con la vía de ascenso habitual desde Cotos, alcanzando el coche tras haber completado la circunvalación del macizo de Peñalara, con cima incluida, en una jornada que puede que sea una de las últimas de la temporada por estas latitudes, donde la nieve desaparece a pasos agigantados en cuanto se encadenan dos semanas seguidas de tiempo primaveral.

Cabezas de Hierro ¿Próximo objetivo?
"Qué afortunados somos cuando tenemos algo a lo que nos cuesta tanto decir adiós." (Harold L. Gray)

7 comentarios:

  1. Bonita excursión, seguro que habéis disfrutado de lo lindo por esas laderas heladas. Alguno menos afortunado, por no saber esquiar aunque lo intente, también conoce la vuelta a Peñalara, eso sí, sin visitar el Chozo de Arangüez (menuda paliza debe ser hacerlo a pie!) y a cambio pasando por Claveles, que debe estar gustoso con tanta nieve.
    A ver si coincidimos por Cabezas un día de estos.
    Salud y montaña

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    1. Pues bonito sería coincidir, sí, pero para ello habrá que apurarse porque con nieve sí, pero sin ella, difícil va a ser que hollemos la zona. En cuanto a lo de esquiar, es cuestión de perseverar, que aprendidos ninguno nacemos, y el ánimo con todo puede. Salud y Montaña, amigo Francisco.

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  2. Hay actividades que por mor de diversas razones se convierten en lo que denominamos clásicas, es decir que son una suerte de recorridos que aúnan belleza en su trazado, requieren una actividad física exigente, proporcionan una visión panorámica de la zona, transitan por las cotas o puntos más relevantes, se desarrollan en espacios de alto valor natural, y en suma contienen todos los ingredientes que te permiten acercarte a unas montañas siguiendo las rutas más significativas. Y todo ello contiene la travesía realizada: una variedad de sistemas desde zonas de origen glaciar, hasta bosques singulares; un recorrido circular por las dos vertientes del macizo de Peñalara; una atalaya privilegiada del entorno; la ascensión a la propia cumbre salvando un desnivel apreciable. A ello se suma el factor humano que precisa la necesaria adaptación a unas condiciones cambiantes del manto de nieve, y la pericia para mantener un nivel de seguridad alto. En suma una ruta a repetir y que proporciona un regusto agradable. Así que: Adiós…no…Hasta pronto! Salud y montaña.

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    1. Las clásicas no lo son por viejas o anticuadas, sino porque, dadas sus particularidades, perduran, proporcionando su agradable regusto a todo aquel que se anima a realizarlas. Adiós ... no... Hasta pronto! Sin dudarlo. Salud y Montaña.

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  3. A este paso la nieve que facilita complicadas travesías será sólo un recuerdo reflejado en esas fotografías
    Pues eso, que nieve nuevamente alargando así los recorridos sobre pieles y fibras...jeje
    Salud, Libertad y Monte
    [Nos veremos las caras en las las rocas solanas y con ese sol que las calienta tempreno permitiendo adherencias buenas...jejej]

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    1. Aferrándonos a los postreros carámbanos vamos indefectiblemente siguiendo a la nieve en su retraimiento hacia las altas cotas, cada vez más concentrada y reducida, a la par que, de reojo, observamos el fresco verdear de las nuevas hojas que, prometedoras de próximos recorridos a su sombra, pronto nos volverán a dar cobijo. Salud y Montaña.

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    2. jeje...Es la semana de la magia...del Circo Price...jeje
      Estoy, no estoy... :))´ Como la nieve que se mantiene aferrada a las laderas, temblando y tiritando para no desaparecer
      Salud, Libertad y Monte, meu

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