martes, 10 de junio de 2014

Sendas retiradas por el Hueco de San Blas. El Hoyo Cerrado, Collado de Matasanos y las Torres.


Peña Linderas (dcha) y Pedriza Posterior desde Asómate de Hoyos
¡Qué gratificantes sensaciones encuentra quien busca transitar por escondidas sendas!

El Hueco de San Blas es un valle situado a los pies de La Pedriza, Cuerda Larga y La Najarra donde las verdes praderas y los extensos pinares ponen una nota de vida al pie de los riscos graníticos que los circundan. Los blancos parches de nieve y el fulgurante amarillo de las flores completan la colorida paleta de un enclave natural delicado y atrayente.

El embalse de Santillana, desde el Canto del Berrueco
Luís y yo iniciamos la marcha en el Canto del Berrueco (900m); siguiendo el curso del Arroyo del Mediano al poco rato alcanzamos una zona de aparcamiento, lugar de confluencia con la pista que viene de Soto del Real; unos cuantos metros más adelante salvamos la barrera metálica que la cierra al tráfico. A partir de aquí nos adentramos en el pinar y en el entorno agreste que ofrece el Hueco, surcado por una pista que lo recorre en su totalidad, a media altura (alrededor de 1.300m), hasta enlazar con Miraflores de la Sierra.

Varios son los senderos o trochas que, saliendo de dicha pista, se internan bosque arriba con sus solitarios trazados hacia las alturas de la Pedriza o de la Cuerda Larga. Vamos atentos hasta seleccionar el que nos ha de conducir al Hoyo Cerrado.

Ascendemos a ritmo vivo por una senda entre los pinos, siguiendo sus cómodas lazadas que poco a poco nos van acercando al primero de los objetivos de hoy. El pinar se acaba y da paso a una ladera blanqueada por las flores del brezo por entre cuyas matas se descuelga el agua del torrente.

Seguidamente, tras superar un tramo rocoso y bordear un recodo, ya damos vista al Hoyo Cerrado (1.772m). Idílica imagen de un lugar recoleto y escondido, tapizado de piorno en flor, donde el aire orea y expande su perfume que nos envuelve por completo.

El Hoyo Cerrado
Es éste un sitio que no sólo resulta difícil de encontrar, sino también de abandonar. Es tal la placidez que emana y la tranquilidad que se percibe, que el tiempo parece detenerse aquí. 

Cuatrocientos metros por debajo, la solitaria pista que recorre el Hueco.

Trescientos metros por arriba, el cordal que lo circunda en altura, a cuya parte superior ascenderemos hoy por la amarilla ladera que se aprecia en la izquierda y que desemboca al pie de la estribación SE del pico de Asómate de Hoyos, al N de la Peña Linderas.

A pesar de que no hay ni sendero ni marca vamos subiendo con más comodidad de la que se pueda intuir desde abajo, con los piornos a la altura de las rodillas, mientras la praderita del Hoyo cada vez se va quedando más alejada.

Y la cuerda cada vez más al alcance.

Esta subida es una de las más cómodas para “salir” del Hoyo Cerrado, algo al Norte de la Peña Linderas. Los campos de piornos continúan siendo la tónica general. Su aroma, que nos acompaña desde hace ya un buen rato, predomina en el ambiente.

Peña Linderas
Rápidas zancadas por un entorno solitario nos acercan hacia el Alto de Matasanos. De pronto, tras una roca, una mirada curiosa se cruza con la nuestra. Dejamos atrás el piornal y nos adentramos en el roquedo de las cabras.

Nos encaramamos sin problemas al punto más elevado de la ruta, el Alto de Matasanos (2.107m), desde cuya cima contemplamos las cuatro Torres de la Pedriza y el  Dedo de Dios (entre la 4ª y la 3ª), mientras tomamos unas barritas energéticas.

Las Torres de la Pedriza. La de la izqd es la 4ª,  luego la 3ª Torre, con su ancha figura partida en dos, y la de más a la dcha es la 1ª
El Dedo de Dios, entre la 4ª (izqd) y la 3ª Torre (dcha)
Su pétreo índice apuntando hacia la Tercera Torre parece señalarnos el próximo objetivo. Así pues decidimos hacer un “añadido” al itinerario previsto y, pasando momentáneamente de largo el collado de Matasanos, nos encaminamos hacia la brecha Sur de la Tercera Torre. Subiremos desde ella, haremos equilibrios sobre su afilada cresta y descenderemos por la brecha Norte.

La Tercera Torre (2.033m) es la más alta de las cuatro y el techo de La Pedriza, puesto que el Alto del Matasanos y la Peña Linderas, más altas que ésta, se ubican fuera de la misma.

La vía normal a la Tercera Torre, desde su brecha Sur, discurre por una canal con una trepada sencilla (III) y con suficientes agarres, en un granito áspero que proporciona gran seguridad.

Cabalgar sobre su cresta con el aire azotando puede generar más de un problema, pero aparte del patio a cada lado, la roca es estable y sus aproximadamente cien metros de longitud resultan cortos.  El descenso a la brecha Norte no tiene dificultad especial.





Tras esta “distracción”, retornamos al Collado de Matasanos para iniciar el descenso hacia el Hueco de San Blas.

Se trata de uno de los recorridos menos claros y marcados de todos los que surcan esta vertiente: En su inicio, y hasta la cota de los 1.950m, se sigue la vertical con el Collado, por pedrera bien asentada, para derivar a dicha altitud claramente hacia la izquierda (en sentido bajada), evitando de esta manera los cortados de granito que se encuentran algo más abajo.

Se encuentran mojones de vez en cuando, no muchos, y la traza no es siempre fácil de adivinar; en caso de duda, seguir hacia la izquierda sin perder demasiada altura.

De esta forma se pasa por sucesivos claros, apacibles enclaves entre rocas y pinos, a medida que dejamos cada vez más atrás las moles de la Pedriza Posterior.



Atrás van quedando las moles de la Pedriza Posterior
Los mojones van siendo más abundantes conforme nos acercamos al bosque de pinos, 

Bosque por donde el sendero emprende franca bajada
En el que nos introducimos para iniciar entonces un franco pero difuso descenso, que finalmente se hace trocha clara y posteriormente senda, hasta entroncar con la pista que recorre el Hueco, momento a partir del cual las zancadas se transforman en carrera. En total, algo más de una hora de “intuición” por una zona montaraz y poco transitada, que responde plenamente a los requisitos de naturaleza “tal cual” siendo esto uno de los principales encantos del Hueco de San Blas.

Llegamos de vuelta al coche tras haber realizado un desnivel total de unos 1.250m de D+, por una ruta solitaria e infrecuente (tan sólo con tres personas nos cruzamos en todo el recorrido). 

Colorido rincón del Arroyo del Mediano

2 comentarios:

  1. Hola Carlos, que bonita excursión, si señor.
    Veo que las fotos en las que estas escalando la brecha de la Torre no las has puesto. Normal, como te vea la mujer, no te deja salir mas...
    Un abrazo, Luis.

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    1. Entornos muy gratificantes los recorridos, y que muestran cuan vasta la Sierra de Guadarrama es que, por más que la visites, siempre ofrece rincones y cosas no vistas o percibidas con anterioridad.
      Salud y Montaña, Luís.

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