lunes, 3 de febrero de 2014

Niebla, viento, frío: Centellada en el Puerto de Navacerrada y Bola del Mundo.

Las bajas temperaturas, junto con la niebla y el viento, hoy dueños absolutos del Puerto de Navacerrada y de las cumbres de la Cuerda Larga, producen una “centellada” de las de aúpa. Cualquier tipo de vapor es inmediatamente condensado en forma de gotas menudas sobre la superficie que lo sustenta, dando lugar a un paisaje muy similar al de una nevada.

Hace un frío que lo congela todo, las copas y ramas de los árboles blanqueadas, los cabellos y los cristales de las gafas acumulan hielo que en vano trato de limpiar con el dedo enguantado; la visión es muy limitada. Noto cómo se me han “centellado” las pestañas.


Subo por la pista que conduce al Alto de Guarramillas; en cuanto llego al recodo en el que cambia de dirección las trazas de camino se pierden; las piedras aflorando sobre el terreno helado toman su lugar, las cuchillas muerden el hielo, todo es difuso en la envolvente niebla mientras sigo ascendiendo tratando de localizar las balizas.

Finalmente accedo a la parte alta de la pista que perdí hace un rato; la pendiente se aplana; al fondo aparecen las antenas del Alto de Guarramillas (Bola del Mundo). El termómetro que llevo en la mochila marca -10ºC.



Rodeo las estructuras buscando guarecerme a sotavento, dando vista al Ventisquero de Guarramillas, siguiente objetivo. Mientras quito las pieles y me preparo para el descenso, llegan algunos esquiadores. Ni aún con su proximidad consigo sacudir el extra de soledad que acarreo hoy. 
Abajo, al fondo, brilla el embalse de Santillana
El tiempo no acaba de ofrecer la mejoría que anunciaba el pronóstico. El viento persiste y las nubes, aunque pasan veloces, mantienen la bruma. Me echo de nuevo la carga a la espalda y emprendo la bajada hacia el fondo del ventisquero en busca de un ambiente menos hostil.

La nieve está buena en la parte superior, algo venteada, así que voy atento a los parches helados que van apareciendo.

A medida que llego a la parte baja el hielo de nuevo se hace el dueño del lugar y el viento, aunque algo menos intenso que en las cimas, no para. Ya tengo claro que hoy no está el día para largos recorridos.

Hasta aquí llega el descenso de hoy.
Mientras tanto, por arriba, la pertinaz nube sigue manteniendo el velo sobre las antenas y sus alrededores.

En vista de las condiciones decido retornar a la Bola del Mundo ascendiendo por el fondo del ventisquero de Guarramillas.

La nieve está helada; las nubes van y vienen. Un momento está claro y al siguiente la bruma cubre el panorama.

La cara Norte de la Maliciosa, al fondo. Unas veces se ve, ...
........para, a renglón seguido, medio ocultarse entre la bruma.
Subo por una superficie dura, barrida por el aire que no cesa y que cincela formas y escamas a su antojo.


Tengo ganas de salir de aquí, de dejar de hacer molinetes con los brazos para que la sangre llegue y caliente los pulgares de las manos que, aún con los guantes, están casi insensibles, voy cansado de no ver el relieve, de tener que tomar una barrita energética en cuclillas, buscando ofrecer la menor superficie posible al viento, y …………., continuo deslizando los esquíes pendiente arriba.

Alcanzo finalmente la cima del Alto de Guarramillas, donde la borrasca sigue envolviendo sus antenas. 

Quito las pieles y las cuchillas, pongo las fijaciones y botas en modo descenso y, sin más demora, agudizo la mirada para poder distinguir las balizas que me han de guiar hacia el entronque con la pista de esquí que, unos centenares de metros más adelante, enfila directamente hacia el aparcamiento del Puerto de Navacerrada.

La alcanzo y me siento aliviado mientras voy descendiendo por su pendiente. No ha sido hoy el día más propicio. Mientras, enfrente, la cima de Peñalara está diáfana, ajena al brumoso entorno.

La cumbre de Peñalara
Me alegro de dejar atrás la soledad que me ha acompañado durante el recorrido.


Y me retiro sintiéndome algo más confortado, agradeciendo los rayos de sol que aquí abajo templan el ambiente. La temperatura ahora es de -4ºC.

4 comentarios:

  1. Vaya chulada de fotos por favor!!!!
    Pero qué frío debía hacer...
    Memorias!

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    1. Y el frío que se pasa "haciéndolas"! Pero vale la pena. Con elogios tan entusiastas no importa tanto tener que soplar los dedos para entrar en calor. Un abrazo, Silvia.

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  2. Unas condiciones climatológicas que convierten una zona conocida en un territorio inhóspito. Transitar requiere determinación y fuerza. El Sistema Central en toda su crudeza muestra su cara más invernal, que más parece remitirnos a territorios del norte que a estas zonas meridionales del sur. Se hace preciso escuchar a la montaña y leer su mensaje para adaptarnos a las circunstancias, y elegir la ruta propicia. Jornada exigente que pone el contrapunto a tantas otras más amables, que permite conocer la Montaña en toda su crudeza, y que nos dota de recursos para afrontar otras circunstancias con perseverancia y tesón. Discurrir por territorios en solitario requiere de un plus de autoconocimiento y equilibrio para saber dosificar las fuerzas y tomar las decisiones correctas. Salud y Montaña.

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    1. Es en tales condiciones cuando el compañero se encuentra a faltar de veras. Dos sumando resultan en mucha fuerza y determinación. A ver si ya encontramos circunstancias más propicias. Salud y Montaña.

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