lunes, 22 de julio de 2013

A la Maliciosa por las clavijas de la Senda de las Cabras. Inusual recorrido.

La Maliciosa desde la Cuerda de los Porrones
Madrugamos para mitigar los calores del mediodía. Listos y animosos, pero mal dormidos, trepamos por la “vía ferrata” de Guadarrama. Por delante un desnivel de unos 1.300m, para entrenar las piernas y desarrollar el fuelle. Tras la trepada por las clavijas, nos oreamos mientras remontamos la cuerda del Hilo o de los Porrones. Por fin, cuando ya el sol ha cobrado fuerza y comienza a apretar, nosotros emprendemos la última subida hasta la cima por los 300m de amplia y empinada ladera ¡A sudar tocan! Ni a propósito lo cuadramos mejor.
Tras la martingala de dejar alguno de los coches en la Ciudad de los Muchachos de Mataelpino (para la bajada) y otro en el Boalo, punto de partida, son las 8 de la mañana cuando Luís, Manuel, Paolo y yo comenzamos el trote, camino de la ermita de San Isidro, lugar desde donde sale el sendero hacia las clavijas del Paso de las Cabras, en la Peña del Mediodía. Olorosas y pringosas jaras nos untan y perfuman al pasar.
La Maliciosa desde la ermita de San Isidro, en el Boalo
La inclinación es fuerte y la mente se va despejando rápido. Buena forma de sacudirse las telarañas del sueño.
Algún que otro titubeo y probatina hasta encontrar el punto donde salirnos de la senda principal, que de seguirla nos llevaría al collado del Valdehalcones.
¿Será por aquí?
Pues parece que no, así que a retroceder
El camino se abandona al llegar al pie de un resalte rocoso, junto a una gran encina, lugar en el que nos desviamos hacia la derecha, continuando al pie de la roca (hay algún mojón), para colocarnos, a los pocos metros, en la base de un pendiente canalón que surca la pared de arriba a abajo, con dos características principales: a) unas figuras de hojalata representando a una cabra perseguida por un lobo
y b) unas grapas y clavijas de hierro que equipan los aproximadamente 12 metros que tiene de longitud el paso. Se trata de “la Senda de las Cabras”, única “vía ferrata” de Guadarrama.

La salida del canalón nos coloca en el inicio de la Cuerda de los Porrones. Tras echar una prolongada mirada hacia el perfil de la tan próxima Pedriza, seguimos una estrecha senda ligeramente descendente hasta cruzar una antigua alambrada para, una vez traspasada, reemprender el ascenso por un sendero paralelo a ella, siguiendo marcas rojas, antiguas y desvaídas.
La senda,  a partir de ahora, discurre mayormente por el lomo de la Cuerda, y va sorteando por los flancos los distintos Porrones. Es cómoda y permite una marcha rápida, trotando a ratos.

La Pedriza vista desde la Cuerda de los Porrones
Tenemos suerte con el tiempo, porque se van formando nubes que, aparte de algún que otro trueno (“nos va a pillar el agua” va diciendo Luís), nos proporciona a ratos una sombra tenue que reduce el impacto del fuerte sol sobre las cabezas. Atentas y camufladas cabras nos observan desde las rocas.
Pasamos junto a un chozo, justo en el último Porrón, y descendemos hasta la vaguada entre éste y la Maliciosa Chica.
De frente, la Maliciosa Grande sí que está ya cercana. Pero decir “próxima” no quiere decir “accesible sin más” ¡No! Quedan dos tramos aún. 

El primero nos lleva, tras superar unos 200m de desnivel, hasta el Collado de las Vacas (1.896m), justo al pie de la ladera Este de la Maliciosa que, con una apariencia engañosamente suave, invita a superar al paso ligero sus 300m de desnivel entre el collado y la cumbre. Atención a regular cada cual su ritmo, que la ladera se puede acabar atragantando.
Pala cimera de la Maliciosa y su senda por la ladera Este
La cima de la Maliciosa (2.227m) está como siempre: ¡Abarrotada! No en vano tiene un cómodo acceso desde el puerto de Navacerrada.
Cima de la Maliciosa. Punto de encuentro
Tras tomar un ligero y rápido refrigerio, emprendemos el trote de vuelta hacia el collado de las Vacas. Cómo cunden las zancadas al bajar por la empinada ladera. (“Para las cuestas arriba te quiero, burro; que las cuestas abajo solico me las subo”).
Inicio de la bajada por el barranco de la Gargantilla, en el collado de las Vacas
Una vez de vuelta en el Collado descenderemos ahora hacia Mataelpino por el directo y solitario barranco de la Gargantilla.
Barranco de la Gargantilla
La trocha está muy bien marcada, si bien la fuerte pendiente, las piedras menudas que la cubren y su estrechez al discurrir por medio de robustas matas, de gayuba al principio y de jaras algo después, obligan a ir con todas las precauciones para evitar torceduras. No obstante vamos manteniendo un trote rápido que nos deposita en el nacimiento del arroyo de la Gargantilla, a 1.500m de altitud. En la superficie de la poza que se forma constatamos que alguna gota de lluvia está cayendo. Luís, finalmente, tenía razón. Suerte que enseguida deja de llover.
Descansamos brevemente, recomponemos la compostura, bebemos y emprendemos, ahora sin titubeos, una carrera sostenida recorriendo íntegramente el barranco de la Gargantilla hasta llegar junto a la Ciudad de los Muchachos, en Mataelpino, lugar en el que hemos dejado alguno de los coches esta mañana. Son las 13:30h cuando damos por finalizada la ruta de hoy, junto a una sabina majestuosa, formateada y añeja, tras la cual, en la lejanía, queda el barranco, con la silueta de la Maliciosa cerrando la composición.
Re-corrido de unos 15km, salvando un desnivel de unos 1.300m de D+, por un entorno técnicamente sencillo, pero muy agreste y poco frecuentado, ajeno, por lo tanto, a otras rutas más conocidas y menos intimistas que la realizada.

6 comentarios:

  1. Un nuevo "estrujón" a esa Sierra que también te la debes conocer ya. Poco a poco el grupo va aumentando en integrantes y por lo que veo Asics va ganando 3 a 1. Que sigas y sigáis así, de paso al leerte me imaginaré también correteando por esos sitios desconocidos para mi. Salud brother!

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  2. -"Para el monte, ideas",recordarás que nos decíamos cuando comenzábamos por el Pirineo; y así vamos siguiendo. Estrujas y exprimes lo que tienes a tú alcance, de manera que cada vez aparece algo nuevo. Aquí está la gracia. Además, si la compañía es buena, y bien cañera, que hay que ver cómo impulsa y motiva el entorno, la diversión está garantizada.Ya sabes que, desde Zumaia o desde cualquier otro sitio, tu también estás corriendo con migo/nosotros por aquí. Salud y Montaña, brother!

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  3. Tras la senda de las cabras nos dirigimos advertidos de la curiosidad que despertará en nosotros tal vía de acceso a la cresta de los Porrones. Esa línea que conforman, vista a diario, y que dibuja una silueta alargada que nos llevará por terreno agradecido hasta la Maliciosa. No defrauda la ferrata en un entorno mediterráneo. Y de postre una atalaya de La Pedriza, que le da otra dimensión al recorrido. Prestos hacia arriba al comando del "alpini", que rememora sus devaneos por los Dolomitas, nos encaramamos en la cumbre. Se plantea estirar la actividad: Cabezas de Hierro, Alto de Guarramillas...el calor tórrido empieza a hacer estragos. Menos mal que el agua preparada nos devuelve en si, y la bajada nos acerca por un valle vertiginoso hacia el ansiado premio en forma de gazpacho. Sin prisas, con cabeza, disfrutando de lo pequeño, conviviendo, cargando fuerzas. Salud y Montaña

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    1. Querer lo que se tiene, valorando los pequeños detalles que, por serlo, se aprecian como grandes y relevantes. Entornos conocidos aparecen como diferentes tan sólo por ser observados desde una perspectiva distinta de la habitual. Gestos, comentarios, resoplidos, ánimos, en fin, un conjunto de cosas que emanan del compañerismo que la montaña propicia. Salud y Montaña.

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  4. Qué afición más sana. A ver si me engancho en otoño o primavera (q duran poco) con la familia en modo paseo.
    Fdo: el otro Carlos del Vegaviana!

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    1. ¡Hombre, por fin apareces, tocayo! Aprovecha este otoño que se nos acerca, que los colores son de impresión, porque la primavera, de momento, aun queda lejos. Ojalá alguna de estas entradas sirvan para que encuentres algún que otro itinerario motivador. Que los hay, y muchos. Hasta pronto.

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