domingo, 26 de agosto de 2012

El Pico Pallas por la chimenea Ledormeur.

Desde el ibón medio de Arriel el Pallas muestra su cara Sur, por la que discurre la chimenea Ledormeur. En el centro, el collado de Lavedan
Si elegante resulta subir al Balaitous por la gran diagonal, no lo es menos el ascenso al Pallas por la chimenea Ledormeur. Podría decirse que el hermano pequeño emula al grande.
El Pallas, con sus 2.974m de altura se queda a un corto paso por debajo de los tresmil, a los que por porte, escenario y ascensión no tiene nada que envidiar. De hecho, estando junto al coloso de la zona, el Balaitous, no sólo no pierde su individualidad sino que contribuye notablemente a crear el marco de alta montaña que, junto con el pico de Arriel, ofrece este recoleto lugar.
Los ibones de Arriel brindan la belleza del agua transparente, los collados de Arremoulit y Lavedan son los pasos fronterizos y las compactas moles rocosas de las cumbres aportan las crestas y cimas que  lo cierran por los costados.
Mi amigo Manuel y yo iniciamos la marcha desde la Sarra sin haber madrugado demasiado, el día se presenta nuboso. No sabemos si evolucionará hacia claro o hacia lluvia, eso ya lo veremos más adelante.
Marcha viva por el bosque de hayas camino del paso del Onso y acceso al llano de Cheto, donde la variedad de vegetación que conforma el sotobosque nunca deja de sorprender gratamente.
Tras cruzar el torrente que baja de los ibones de Arriel iniciamos la fuerte subida hacia el ibón de Respomuso, alcanzando al poco el cartel que marca el desvío hacia los ibones de Arriel. Lo tomamos y entramos en una ladera boscosa muy empinada que, a medida que asciende, ofrece unas bellas perspectivas del barranco de Aguas Limpias que acabamos de abandonar.
Salimos del bosque y damos vista a la parte alta del barranco de Arriel y al torrente que desciende de los ibones; enfrente a la izquierda una buena “pechada” hasta alcanzar la entrada a la cuenca lacustre de los lagos. Zona de frambuesas y rocas.
El tiempo parece que va decantándose más hacia malo que hacia bueno. Las nubes van ganando consistencia.
El Balaitous asoma ya en el horizonte, y poco más adelante también el Pallas se deja ver. Tras recorrer varios centenares de metros alcanzamos el ibón superior de Arriel, y el punto en el que diverge el itinerario hacia la Gran Diagonal del Balaitous (derecha) y el de la Chimenea Ledormeur del Pallas (de frente, derivando a la izquierda).  Cubeta ferruginosa, de color rojizo, base y antesala de la incómoda pedrera de bloques que hay que recorrer a partir de este punto. Estamos a 2.239m de altura; por delante, 735m hasta la cumbre.
En este momento me entra un mensaje por el móvil cuyo contenido hace que “deba contactar para hablar con el remitente”. No soy capaz de encontrar el lugar o piedra sobre la que subirme para conseguir cobertura suficiente.
Dejo la mochila con Manuel y retrocedo hasta el montículo que hay antes del ibón medio de Arriel. Ni rastro de la señal. Vuelvo de nuevo a donde está Manuel y acordamos que él sigue subiendo mientras yo, con mi mochila, retrocedo hasta encontrar la rendija de cobertura que me permita contactar.
Así que corriendo voy, con el teléfono en una mano (bien colgado del cuello, claro), un ojo en las “rayitas” de señal y el otro en las piedras del camino, y de esta guisa llego hasta la parte superior de la dichosa pechada de acceso al ibón inferior, donde por fin, a los 1.900m de altura ¡consigo línea!, despejo la inquietud y puedo dar media vuelta, lanzándome otra vez corriendo en pos de Manuel, a ver si logro alcanzarle antes de la chimenea.
Pero no, lo que sí logro es darme un buen rodillazo contra uno de los bloques de la pedrera, ocasión que aprovecho para, además de lamentarme por la magulladura, echar un buen trago de agua, antes de seguir cuesta arriba tratando de no perder las marcas rojas, en una trazada difusa y a veces complicada.
Llego al pie de la muralla cimera donde un cartel indica por dónde atacar la chimenea; la roca ahora es granito puro, duro y sólido, dejando atrás los bloques ferruginosos por fin. El gateo hace que ascienda rápido.
La chimenea está ocupada por una cordada de dos personas que la están descendiendo. Como la roca es sólida y la conozco de otras ocasiones, asciendo mientras el de arriba se afana en su descenso para ir recogiendo la cuerda y no liarse demasiado con ella.
Me alegro de no cruzarme aún con Manuel, esto me da esperanza de hacer cima con él. Trepo rápido y cuando estoy a unos 15 metros de salir a la cresta, aparece Manuel en ella. Me espera y juntos vamos hacia la cumbre. Él hará hoy el Pallas dos veces, una en solitario y otra conmigo.
Alcanzando la cima del Pallas. Al fondo, el Balaitous y los Frondiellas
El tiempo va claramente a peor. La temperatura ha bajado y el viento sopla fuerte en la cima del Pallas (2.974m) mientras nosotros, últimos visitantes del día, nos abrigamos, comemos lo justo para que yo pueda recuperar el resuello, y emprendemos la bajada intentando que la amenazadora lluvia nos coja lo más abajo posible.

Desde la cima del Pallas, contemplamos el pico de Arriel, a sus pies, los lagos de Arremoulit. A la derecha, el Midi d'Ossau.
El descenso de la chimenea es entretenido y requiere elasticidad, pero no es técnicamente complicado. La roca es firme y de momento no llueve. El cortavientos que llevamos puesto no sobra.

Una vez al pie de la misma, en el comienzo de la pedrera que nos devolverá al ibón superior de Arriel, empiezan a caer las primeras gotas. Suerte que ahora, en descenso, las marcas rojas se siguen bien y esto hace que la marcha cunda.
Llegando al comienzo de la pedrera a cuyos pies nos espera el ibón superior de Arriel
Cambiamos cortavientos por prenda para la lluvia, con capucha y cubremochila. El aguacero arrecia y el entorno por este ambiente pétreo de las altas cumbres es imponente. Cuando llegamos junto al ibón superior de Arriel nuestras piernas y tobillos lo agradecen. Hemos dejado por fin atrás la exigente pedrera que, con lluvia, se ha tornado peligrosa.
Sigue el aguacero mientras vamos bordeando los ibones de Arriel, camino de su desembocadura. Al llegar a ella, mirada atrás para ver cuan oscuro e inhóspito parece el lugar que acabamos de recorrer e iniciamos animosos y con mucho miramiento el descenso de la “dichosa pechada” que tantas veces he visitado hoy.
Antes de llegar al bosque cesa momentáneamente de llover, alcanzamos sin incidentes el llano de Cheto, recorriendo el bello tramo de vuelta a la Sarra con tiempo de ir observando distintos puntos del barranco de Aguas Limpias.
Al final, recorrido completo por una zona que se conserva agreste y natural, subiendo a un hermoso y sólido pico como es el Pallas por su elegante chimenea Ledormeur, que bien vale la pena visitar y desde su cima contemplar, además del Balaitous y los Frondiellas, el Arriel y el Lurien, pico que se convirtió en nuestro siguiente objetivo y al cual intentaremos ascender en los próximos días, cuando el tiempo y el cuerpo lo permitan.

A la derecha, el Lurien se eleva sobre el gran lac d'Artouste. Al fondo, en el centro, el Midi d'Ossau


5 comentarios:

  1. ...Qué lugares más alucinantes. Supongo que tu rodilla mejorará para la siguiente subida. El inconveniente de los Pirineos es su posibilidad de tormentas que te hacen estar preparados con muchas cosas en la mochila. Veloz fuiste para alcanzarlo. Mejor tener apagado el móvil siempre y sólo encenderlo para lo necesario de los montañeros. Estaré nuevamente por otras cumbres, ya nos leemos para allá de boedromion aunque sin dejar de echar un vistazos a tus carreras y relatos. El placer está en el paisaje y más si se disfruta con alguien que también lo disfruta; doblemente bueno.
    Salud, Libertad y Montaña
    Deica d:D´

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    1. La rodilla mejoró y las siguientes subidas las hizo sin resentimiento. El golpe perdura en forma de costra cada vez más diminuta. Encontraba a faltar tus comentarios y yo no he podido dejar los míos en tus entradas porque la vida errabunda y las conexiones desde terminales inusuales no lo propician. Ahora vamos volviendo a la normalidad. Como bien dices, el placer compartido es mayor. Salud y montaña, freedom también. Hasta la vista amigo Deicar.

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  2. ...El calor insoportable y aquel desgarro en los gemelos de la pierna derecha fueron haciendo mella en mí; o descansaba o me pasarían factura y eso hice apartándome un poco de todo, aunque por poco tiempo. Aunque pase el tiempo siempre estaremos atentos a tus escritos, ligeras zancadas, trancos y grandes pasos. Claro que entre ambos os apañáis muy bien, es de imaginar pues no hay mejor amigo que esos, ése...Prudencia y veremos que tiempo tenemos para dentro de un mes aproximadamente y subimos unas rocas tranquilos para unas fotos con merienda incluida. Estáis hechos unos monteses puros, entre canchales y derrubios sin cascos ni otros pesos; claro que con ese buen sombrero siempre se asegura uno una buena sombra donde cobijarse :)
    [Con roca siempre llevo guantes cortados, uno es así de sibarita...jeje]
    Nuevamente:
    Salud, Libertad y Montaña.
    Deica logo bd:D´

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  3. Carlos.
    La siguiente actividad surgió por si sola ¿Qué buenas sensaciones nos había dejado la ascensión por la arista noreste del Pallas? Y encima atravesando una cuenca lacustre tan agradable como lo constituyen los ibones de Arriel. Ya tenemos el cóctel preparado que se complementa con una vía de subida elegante a través de la chimenea Ledormeur que discurre por su cara sur. Y como además de montañas nos gusta disfrutar de la NATURA nos embelesamos con un jardín que atravesamos pleno de vida silvestre que me permite aprehender de botánica y de sus usos, y que agradezco sinceramente. La subida es exigente pero pueden las ganas de entrar en los pasos de roca que dan acceso a la ruta. Y al volver la vista atrás no veo el color naranja de la camiseta en rededor así que sigo avanzando concentrado. Por fin Carlos reaparece, y juntos alcanzamos la cumbre donde nos dedicamos a dar vueltas sobre nosotros mismos admirando las cumbres cercanas tratando de grabar en la memoria esas vistas ya conocidas pero ahora más valoradas. El descenso pasado por agua nos acercó al bosque mixto que discurre por el valle dejando atrás unas cumbres ya ocultas bajo la niebla. Y ahora toca jornada de descanso en la piscina para reponer las fuerzas ya justas tras la circunnavegación del Midi D'Ossau del día previo...
    Manuel

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    1. Hermosa addenda la tuya, Manuel, que completa las sensaciones que tuvimos. Aunque ascendimos solos un rato, fuimos juntos todo el tiempo. El día de descanso tras el Pallas,precedido por tu circunvalación al Midi, fue de perlas para afrontar las jornadas que vinieron después. Salud y montaña.

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