sábado, 9 de enero de 2016

Ruta circular por las Fajas de Mascún.

“La contemplación de la grandiosidad de la naturaleza confiere nobleza a los pensamientos, haciendo que se olviden las preocupaciones cotidianas.” (Mary Shelley)
El Cañón de Mascún es considerado por muchos uno de los entornos más bellos de la Sierra de Guara. Tras posponerla en varias ocasiones, Eduardo y yo materializamos por fin la idea de realizar una ruta circular por las alturas, observando y admirando los entresijos que el agua cincela en la roca caliza con el paso del tiempo.

La hacemos en sentido contrario a las agujas del reloj, esto es, remontando el Mascún por su lado izquierdo orográfico, hacia Letosa, descendiendo al fondo del Mascún superior en el Saltador de las Lañas y retornando por su derecha, por el barranco de Raisén, cruzándolo, y continuando por el Mascún por un sistema de cornisas y fajas hasta alcanzar el pueblo abandonado de Otín, desde donde ya descendemos al fondo del barranco para remontar finalmente a Rodellar. En total 22km de recorrido con un desnivel en ascenso de 1.200m de D+.

La travesía de estas sendas invisibles hasta que uno se adentra por ellas, colgadas sobre los abismos, es de las que dejan huella.

Son pasadas las 9:30h cuando, en Rodellar, iniciamos la marcha en dirección a Cheto y la Virgen del Castillo. El día es claro y luminoso. Caminamos por un amplio sendero enlosado, entre muretes de piedra. Boj y carrascas componen la vegetación preponderante de esta zona.

Marchando a la sombra, hacia el Norte, los barrancos y las formaciones rocosas se van sucediendo, mostrando un anticipo de lo que hallaremos después.

Andamos rápido en las subidas y trotamos en lo plano; de momento más bien andamos, porque es ahora cuando toca ascender el 70% del desnivel que compondrá el recorrido de hoy. Rodellar y la plana van quedando atrás.

Rodellar queda allí abajo
En un momento determinado alcanzamos un mirador y, de sopetón, damos vista al Mascún. La combinación de castilletes, terrazas, paredones, pináculos y profundidades, es una visión que nos hace detener el paso. La mitad del barranco a la sombra, la otra mitad recibiendo la luz de la mañana, en medio, lo hondo.

Barranco y entorno de Mascún
Resulta inverosímil que haya un camino que surque los farallones, pero lo hay, y bastante fácil de transitar en todo momento, sólo que realmente vertiginoso.

El trazado de la senda hace que temporalmente demos la espalda al espectáculo pétreo que nos ha retenido durante unos instantes. Hemos de continuar.

Llegamos a una pedrera en la que un cartel indica el camino hacia Letosa, una marca roja sobre el tronco de una carrasca, algo más abajo, señala el punto exacto para adentrarse en un bosque por el que se camina bien.

El sendero, bien marcado, se orienta claramente hacia el Oeste. Dejamos los rodeos y vamos ya hacia el Mascún. En las zonas a la sombra persiste la rosada, vamos atentos a no resbalar. Unas huellas anticipan otras presencias.

De pronto, tras un recodo, salimos al sol y nos sorprendemos mutuamente. Con naturalidad y sin aspavientos, nos miramos, ella se aparta parsimoniosamente y nosotros continuamos contentos por el encuentro.

Manteniendo siempre el rumbo hacia Letosa, y desestimando las demás alternativas, alcanzamos los restos de los corrales de Letosa. Tan sólo quedan las ruinas de lo que hubo antaño.

Corrales de Letosa
Los dejamos atrás y llegamos al punto más alto de la ruta de hoy, poco antes de comenzar el descenso hacia el cauce del Mascún.

Salimos del embeleso y continuamos. Ante un nuevo cartel dejamos la indicación de Letosa y tomamos la del Saltador de las Lañas. Instantes para la contemplación de la maravilla natural por la que nos estamos moviendo.

Entrañas del barranco de Mascún
Cascadas de Peña Guara
Ahora sí que iniciamos el transitar por las fajas y sus sendas. Abrupto descenso hacia el fondo del Mascún superior. Vamos pegados al paredón por sendero estrecho pero bien marcado: a la derecha, pared de roca; a la izquierda, de momento boj que tapa el precipicio. Nos estamos adentrando en las entrañas del Mascún.

Descendiendo hacia el Saltador de las Lañas
Ya salimos al sol, dejamos atrás el tupido boj y encaramos la gran repisa que permite alcanzar el Saltador de las Lañas.

Corriendo por la gran repisa
Lugar quieto, donde tan sólo se oyen el caer del agua y nuestros pasos. Nadie hasta ahora hemos encontrado. Buscamos un lugar al sol para tomar alguna barrita energética.  

Saltador de las Lañas
El rincón tiene un encanto especial, sus aguas transparentes y quietas en lo plano fluyen lentamente hacia las sucesivas cascadas; se requiere un acto de voluntad para reanudar la marcha y dejarlo atrás, pero aún estamos a mitad del recorrido, por lo que hemos de continuar. 

Abandonando el Saltador
A partir de este punto todo es fajas inverosímiles y vertiginosas caídas, que iremos transitando con atención y admiración a partes iguales.

Mirada hacia atrás para observar, al otro lado del barranco, la repisa por la que hemos accedido al Saltador
En el farallón se aprecia "la senda" de acceso al Saltador
Volvemos a encontrarnos con las cabras en estos sus dominios. Ellas algo más alto que nosotros, pero no tanto, que sitio para moverse tampoco sobra.


Con cuidado en los tramos más expuestos y corriendo en los más amplios, el caos kárstico y sus formaciones no dejan de maravillarnos.




Alcanzamos la cabecera del barranco de Raisén, desechamos la cómoda pista que, por lo plano, comunica con Otín, nosotros hemos venido a recorrer las fajas, así que lo cruzamos, siguiendo la indicación de un cartel que indica “Faja de Mascún”, y continuamos a pie de farallón por un camino suspendido sobre el vacío.

Buitres, pináculos, castillos de piedra, vistas interminables.


Peña Los Moros, que culmina con dos torres unidas por un puente: el Castillo
Damos por concluida la ración de fajas y cortados para descender a Otín,

Descendiendo a Otín
Pueblo abandonado, a partir del cual emprendemos el descenso final hacia el cauce del Mascún por un camino entre quejigos (robles) y bojes.

El sendero se torna pedregoso, y en franco descenso llegamos a otra zona bien impresionante de agujas y formaciones rocosas.



La "Cuca de Bellosta" (dcha.) y demás formaciones de "la Ciudadela"
Mientras contemplamos las formaciones rocosas, otros ojos nos miran emboscados. El olor acre delata su presencia.

Ya en el fondo del barranco, marchamos junto al cauce, camino de Rodellar. Vemos a un escalador en “el Delfín” de Mascún.

El Delfín de Mascún
Tomamos unos frutos secos junto a la Surgencia del Mascún. Hay que subir unos 200m de desnivel para llegar a Rodellar y, a estas alturas de la ruta, conviene afrontarlos con un poco de energía fresca.


Finalmente estamos de vuelta en el punto de partida de la circular de hoy habiendo transitado por un paraje espectacular, de tal manera que una sola visita se hace corta para asimilar cada uno de los detalles que ofrece. 

Llegamos a Rodellar al caer de la tarde

10 comentarios:

  1. Hola Camar.

    Tienes toda la razón, en una sola visita, no da tiempo a asimilar tan espectacular paraje, y eso que por fotos y paradas no fue.

    Veo que te has documentado bien, y le has puesto nombre a algunas formaciones, como la Peña Los Moros. La entrada muy bien detallada, y grandes fotos, leyéndola ha sido como volver a recorrerla.

    Salud, Montaña y Caña de Lomo.

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    1. Una visita bien aprovechada sin duda. No ha resultado sencillo descartar las fotos que, finalmente, no aparecen, pues todas ellas tienen una pizca del recorrido. Hay que volver en algún otro momento. Seguro que encontramos cosas nuevas.
      Salud y Montaña, Eduardo.

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  2. Vaya paseo fantástico!! Espectaculares esas imágenes de los barrancos y las cornisas o fajas por las que habéis ido... Y encima os sale un día soleado y de cielos azules, enhorabuena!!

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    1. Fantástico en el más literal sentido de la palabra. El día fue "esperado" y "buscado", y el azul del cielo sobre semejante maravilla natural conforma un conjunto impactante ¡Has de ir, si todavía no lo conoces!
      Un abrazo

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  3. El Mascún, tanto por arriba como por abajo, es la "joya de la corona" de la Sierra de Guara. Os habéis hecho con una de las mejores rutas de toda Guara, ahora a seguir "investigando" y a seguir "descubriendo" que Guara está lleno de joyas ocultas.
    Ah, ya he visto que corregiste lo que te dije.
    Salud(os) a ti y a Eduardo.

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    1. El afán y la perseverancia en la búsqueda de las bellezas de la naturaleza es lo que caracteriza a los que por estos vericuetos nos internamos. La recompensa es, sencillamente, maravillosa.
      Salud y Montaña.

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  4. Hola Carmar¡

    A final de año también estuve haciendo esta vuelta y realmente es como comentas: espectacular. De las imprescindibles para hacer en Guara y una de las mejores...

    Salud¡¡

    Fer.

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    1. Recorrido de los imprescindibles para hacer, y para repetir también, que esto hay que saborearlo en distintas épocas del año, para verlo en todas sus manifestaciones.
      Saludos, Fer.

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  5. Sin palabras deja al más curioso de la naturaleza este incomparable paraje dominado por las calizas más caprichosas que uno se puede imaginar. Sencillamente, alucinante, acogedor y bestial paisaje para deslizar la mirada a todos los puntos disponibles de esta particular fortaleza natural.
    Siempre que veo este barranco, me sigo asombrando.

    Saludos

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    1. Tal y como dices, asombrados y epatados por tal manifestación de naturaleza es como hicimos todo el recorrido. Suerte que el disco duro de nuestro cerebro parece que tiene cabida ilimitada y todo entra. Aún así, habrá que volver para acopiar nuevos detalles y sensaciones.
      Salud y Montaña, Javier.

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