El Balaitous y su Gran Diagonal desde el Arriel inferior |
Conviene comenzar diciendo que el
Balaitous no tiene subida fácil. La Gran Diagonal es la ruta menos difícil ya
que tan sólo comporta tramos de II y algún paso de II+ y es, a mi juicio, la
más bella de todas las que no requieren escalada de dificultad. La siguiente es
el acceso por la brecha de Latour, con unos pasos de III bastante expuestos en los que
es recomendable la cuerda.
Subir al Balaitous desde la Sarra
en una jornada conlleva estar dispuesto a realizar la larga marcha que supone
un desnivel en ascenso de 1.750m de D+ y algo más de 20km de recorrido por un
entorno de alta montaña, a través de exuberante vegetación hasta los 1.800m,
con gran concentración de ibones (los de Arriel), abundancia de agua por todas
partes y rodeados de grandes picos que se van haciendo pequeños a medida que
nos aproximamos a las inmediaciones de la Gran Diagonal, evidente traza que
recorre nítidamente los últimos 350m de desnivel de la pared Suroeste del Balaitous.
Son las 7:30h cuando Francisco y
yo iniciamos la marcha en la Sarra. La primera parte del recorrido, hasta
alcanzar el Llano de Cheto, discurre por un húmedo bosque de hayas donde la
variada vegetación campa por sus fueros.
A nuestra derecha el caudaloso
Aguas Limpias fluye encajonado en su barranco (frío y umbrío donde los haya)
camino del embalse de la Sarra.
Hasta llegar al Paso del Onso
pasamos sobre varios restos de aludes de los que dan testimonio la gran
cantidad de árboles abatidos. Se conoce que este año ha sido proclive a ellos.
Al poco de pasar el Llano de
Cheto, y de haber iniciado el ascenso por el camino que conduce a Respomuso,
alcanzamos el desvío hacia los ibones de Arriel. El estrecho sendero se
introduce en el bosque que cubre la ladera Sur, atraviesa el Paso del Pino y
alcanza la Majada del Saliecho a los 1.800m de altitud. Se acaban los árboles y
comienza la pedrera.
Siguiendo la senda y las marcas
rojas (escasas y desvaídas, pero colocadas donde hay lugar a dudas) vamos
ascendiendo hacia la estrecha embocadura que da acceso a la Majada de Arrieles.
En un momento determinado el Balaitous se hace visible en la distancia. Como
con la mayoría de las cumbres, de lejos parece inaccesible pero sabemos
que no es así.
Atravesado el estrecho paso el
entorno se amplía y podemos contemplar en su plenitud las magníficas montañas
que nos circundan. Roca y agua a partes iguales. Los grandes vigías de la zona
se yerguen en todo su esplendor:
El Balaitous (3.144m) y el
Frondiellas Central (3.054m), los más lejanos.
Al fondo el Balaitous, a su dcha. bajo el sol, el Frondiellas central |
El Pico de Arriel (2.827m), dando
nombre a los ibones, cuyo acceso recomendable es “por el otro lado”, por el de
la Soba.
Pico de Arriel |
El Palas (2.974m), allá al fondo,
marcando frontera con Francia y “casi” un tresmil, merecedor de una visita ex
profeso. Imposible distinguir desde la distancia dónde comienza la chimenea
Ledormeur, su punto de acceso.
A la izq. el Palas |
El sendero se aplana mientras
vamos bordeando los ibones de Arriel. Nos dirigimos al ibón Alto, al punto
donde las rutas hacia Palas y Balaitous se separan, en el fondo de la cubeta
lacustre, alcanzado el cual tomamos un respiro y una barrita energética antes
de iniciar la empinada subida por el barranco de desagüe del ibón Chelau. Las marcas se siguen bien.
Al poco alcanzamos el Ibón Chelau
(2.415m). Al frente Balaitous y la brecha de Latour captan toda la atención. El
pico sigue pareciendo inaccesible, pero la Gran Diagonal lo permitirá.
Desde el ibón Chelau, el Balaitous (la Gran Diagonal remarcada) y a su dch. la brecha de Latour |
Por detrás se va quedando el Pico de Arriel.
El Pico de Arriel y el ibón Chelau |
Entramos en terreno de pedrera
que finalmente nos lleva al Abrigo Michaud (2.800m). Troglodítico vivac que
data de 1920 y que marca el punto de inicio de la Gran Diagonal. Aquí nos
ponemos el casco.
Abrigo Michaud |
El primer tramo de la Gran
Diagonal es relativamente fácil y nada expuesto, y sirve como aperitivo del
tipo de terreno y roca que nos vamos a encontrar: bastante descompuesto y muy
empinado.
Primer tramo de la Gran Diagonal |
Llegamos a un hombro y observamos
la segunda parte de la Diagonal. La verdad es que impresiona.
Segundo tramo de la Gran Diagonal, visible como traza más clara sobre la pared |
Es expuesta pero no difícil, conviene moverse con tiento y
si hay gente prestar atención a las piedras que puedan desprenderse. Resulta
reconfortante llevar puesto el casco.
La pared, en su tramo final,
presenta varias alternativas de acceso, todas ellas de II, pero unas más
cómodas y seguras que otras. La exposición es alta y merece la pena buscar los
mojones para encontrar los mejores pasos. Si bien está indicado, en el tramo
final el ímpetu puede llevarte a llegar hasta el filo de la arista, lo que no
es recomendable, vale más atacar la pared unos metros antes y ascender
asegurando las presas. En este terreno inestable no hay que colgarse de ellas,
hay que apoyarse.
Y así, tras un rato largo de ir
prestando atención a todo lo que tocamos o pisamos, finalmente salimos a la
misma cima del Balaitous.
Desde la cima, el mojón que marca la salida/entrada de la Gran Diagonal |
Satisfacción, apretón de manos
(es el décimo tresmil de Francisco y siete los hemos subido juntos), sonrisa,
saludo para la única pareja que la ocupa (¿cómo es posible que sólo estemos
cuatro personas en la cima?), Gerard y Josep, que se están recuperando a base de jamón, queso, hogaza de pan y botella de vino de su subida
sin cuerda por la Brecha de Latour. En fin, unos
afortunados clásicos que no tardan ni un minuto en ofrecernos de sus vituallas
y con los que entablamos conversación. Para nosotros, tan minimalistas, supone
un retorno al fastuoso pasado.
El panorama desde aquí arriba nos
deja extasiados durante un largo rato.
Desde la cima del Balaitous, al fondo, el grupo de los Infiernos, Garmo Negro y Argualas. En la proximidad, a la dch. el pico Anónimo. |
El tiempo se pasa sin sentir en
la placidez de la cumbre, pero hemos de retornar a la Sarra y nos queda mucho
camino por recorrer. Así que nos ponemos en pie y empezamos el descenso de la
Gran Diagonal, mientras Gerard y Josep se quedan recogiendo sus múltiples
cosas; nos reuniremos en el Abrigo Michaud para descender juntos por el collado
de Wallon hasta el ibón bajo de Arriel, lugar desde el que ellos volverán al
refugio de Respomuso.
Iniciando el descenso de la Gran Diagonal |
Un momento para contemplar lo ya descendido |
Y lo que nos queda por descender: en rojo el itinerario de subida, en amarillo el que seguiremos para alcanzar el collado Wallon, confluyendo ambos en el Abrigo Michaud |
Con cuidado y procurando no
desprender piedras, descendemos la Gran Diagonal (¡y bien grande y larga que
es!) hasta el Abrigo.
A partir de aquí las trazas nos
llevarán hacia el collado Wallon, atravesando el extinto glaciar de Frondiellas,
tan sólo un par de neveros quedan, al pie de la abrupta Brecha de Latour, entre
el Balaitous y el Pico Anónimo.
Glaciar de Frondiellas |
Brecha de Latour, justo al pie del Pico Anónimo (dcha) |
Desde el collado Wallon, última
mirada hacia el Balaitous,
Desde el collado Wallon, el Abrigo Michaud y remarcado, el primer tramo de la Gran Diagonal |
Y vistazo hacia lo que nos queda
para llegar al ibón bajo de Arriel, recorriendo en diagonal la gran coma de los
Frondiellas, lugar de bellas esquiadas en invierno (Frondiella central con esquíes)
Cuatrocientos metros más abajo, al pie del Pico de Arriel, el ibón. |
La pendiente es muy fuerte y las
piernas empiezan ya a notar las muchas
horas caminando sobre tartera.
Remarcado el itinerario de descenso hacia el ibón bajo de Arriel por la coma de Frondiellas |
En el ibón bajo de Arriel nos
despedimos de Josep y Gerard, que retornan a Respomuso mientras nosotros
continuamos hacia la Sarra.
Llenándonos la vista con los
hermosos panoramas vamos perdiendo altura,
A la dcha. la tartera de Saliecho |
Soportando algún que otro dolorcillo
que nos ameniza, desandando el camino de subida,
El Paso del Pino |
Bosque de hayas en el Llano de Cheto |
Para llegar finalmente a la
Sarra tras una larga jornada que nos deja un recuerdo pleno y duradero en la
memoria y temporal en músculos y articulaciones.
¡Hasta la próxima compañeros! |